El precio que pones a tus servicios o productos no solo refleja lo que valen, sino cómo te perciben tus clientes. A veces, un precio demasiado bajo puede hacer que tus clientes duden de la calidad de lo que ofreces, mientras que un precio elevado sin justificación puede alejarlos.
Sabía que, para posicionarme como una experta, tenía que asegurarme de que mis precios reflejaran ese nivel de conocimiento y experiencia. Al igual que las marcas de lujo que jamás rebajan sus productos, quería que mis clientes entendieran que lo que estaba ofreciendo tenía un valor que iba más allá del número en la etiqueta.
Fijar precios es un arte y una ciencia, especialmente cuando se trata de servicios. A lo largo de mi carrera, he aprendido que el precio no solo refleja el valor de lo que ofreces, sino también cómo ese valor es percibido por tus clientes.
Aquí va un truco sencillo pero poderoso que me ha funcionado de maravilla: El precio no es solo un número; es una estrategia en sí misma.
Cuando quiero que un servicio sea percibido como una ganga, una oferta irresistible, siempre opto por precios que terminan en 5, 7 o 9. Estas cifras generan la sensación de que el cliente está obteniendo algo valioso a un precio inmejorable.
¿Por qué? Porque psicológicamente, estos números crean la ilusión de una pequeña diferencia, lo que puede ser el empujón necesario para que tu cliente decida comprar.
Por otro lado, cuando hablamos de servicios o productos de alto valor económico, como un bolso de Louis Vuitton, el precio debe terminar en 0. Este detalle refuerza la percepción de lujo, exclusividad y valor elevado.
Y claro, esto no es una regla rígida; siempre recomiendo testear. Lo que funciona para un nicho puede no funcionar para otro, así que experimentar con los precios te permitirá afinar tu estrategia y maximizar tus resultados.
Ahora, una clave importante si vendes servicios de suscripción anual: nunca bajes los precios. En lugar de eso, agrega valor.
Por ejemplo, si alguien te paga por un año completo, en lugar de ofrecer un descuento directo, puedes regalarles 1, 2 o incluso 3 meses adicionales de servicio. De esta manera, no devalúas tu trabajo, sino que refuerzas la percepción de que están obteniendo un beneficio extra.