Hace un tiempo me pregunté: ¿cómo sabes que lo que estás haciendo está bien si la IA siempre puede darte una versión mejorada?
Porque claro, usas ChatGPT, te da una idea brutal y dices: “¡Wow, esto es mejor que lo mío!”. ¿Y luego? Te quedas dudando de ti.
En la última conversación en mi canal de Youtube que tuve con Ana Muñoz Cobo y David Lanzas hablamos justo de esto.
De cómo el síndrome del impostor se puede disparar cuando la inteligencia artificial empieza a devolverte respuestas que parecen más inteligentes que tú. Porque no solo compites con otros… ahora también compites con una mente artificial que no se cansa.
Y ahí es donde se vuelve una combinación explosiva: burnout, dudas, contradicciones internas. Yo misma lo experimenté. Le pedí a ChatGPT que me dijera las contradicciones entre mis objetivos y mis acciones. Y ¡pum! Me soltó una frase que todavía me resuena: “Tanto que valoras la abundancia, pero últimamente operas desde la urgencia”.
Te juro que en ese momento sentí un golpe de realidad. Sí, la IA es poderosa. Sí, te ayuda a avanzar. Pero si no tienes un sistema para procesar todo eso que descubres de ti… te puedes perder en el camino.
Por eso tengo mis propios límites con la IA: la uso para que me haga preguntas, no para que me diga qué hacer. Porque el poder está en decidir tú, no en dejar que decidan por ti.
Si todo esto te resuena, si alguna vez sentiste que “nunca es suficiente” porque la IA siempre parece saber más que tú… entonces tienes que ver esta conversación completa porque no solo hablamos del síndrome del impostor, si no de cómo en épocas IA podemos y debemos cuidar de nuestra salud humana.
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Nos vemos en los comentarios.
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